martes, 9 de febrero de 2010

JUSTICIA (9/II/2010)

JUSTICIA

Toda mi infancia me enseñaron que había justicia y que debíamos ser justos. Me enseñaron que si te portabas mal, las cosas te saldrían mal y serias castigado. Y sin embargo si te portabas bien, la vida o Díos te recompensaría. El principio parecía claro. Pero conforme la mirada con la que contemplaba mi entorno se ampliaba, empecé a vislumbrar que este principio no era algo tan matemático como yo imaginaba. Había compañeros de clase vagos y felices a los que su padres agasajaban como en una fiesta continua. Otros sin embargo eran formales y trabajadores y sus padres no sólo no recompensaban, sino que a veces no veían.
En mi juventud me acerqué a las corrientes orientales de pensamiento. Esas que explican el mundo en una continua rueda de encarnaciones y reencarnaciones, donde el alma permanece y se va depurando. Conceptos como dharma y kharma que parecían encajar en el principio anterior y lo ampliaban mas allá del tiempo y del espacio de una sola vida.
Sin embargo, cuando miró las imágenes de niños desnutridos en la televisión, cuando una nueva hambruna, terremoto o inundación sacude mi retina, me cuesta imaginar que hicieron para merecer esto. Al contemplar la mirada limpia de un niño de niño naufragando sobre un saco de huesos y piel, no encuentro en ella culpa ninguna, más allá de los que contemplamos este escena y seguimos viviendo como si no pasara nada.
Cuando estudié en Granada, conocí al amigo de unas vecinas. Le llamaban “el sordo”, porque sólo oía con un sonotone. Aunque tenia nuestra edad, no veía sin sus profundas gafas de culo de vaso. Lo adornaba un profundo prognatismo en su mandíbula y se estaba quedando calvo a sus 25 años. Llevaba varios años estudiando y cada verano comunicaba a sus padres que había aprobado el curso, aunque eso nunca fue cierto. No aprobó nunca ninguna asignatura – a pesar de estudiar como todos-, a pesar de cambiarse de carrera varias veces. Salvo una vez que un profesor por las asignaturas que había aprobado y al decirle que ninguna, le aprobó la suya para que no lo expulsaran de la facultad.
Su voz tenia el tono y el timbre de una niña y a veces, cuando contestaba el teléfono, le respondían: “anda, bonica, dile a tu madre que se ponga”. Finalmente era homosexual, claro que su aspecto le dificultaba enormemente entablar relaciones. Aunque lo conocí enamorado, no recuerdo que nadie le correspondiera.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Por algún amigo común, sé que vive sólo – murieron sus padres- y es basurero.
No creo en que exista la justicia, al menos tal como nos la contaron. Espero al menos que exista en algún lugar mas allá de nuestra comprensión. Que su aparente inexistencia se deba sólo a que nos falta la perspectiva para poder contemplarla y la inteligencia para comprenderla. Me gustaría que fuese así. Ojalá sea así.

1¿Crees que existe la justicia en el mundo?
2.¿ Crees que cada uno tiene lo que se merece en su vida?
3.¿Crees que algo o alguien se encarga de administrar esta justicia en el mundo?
4. ¿Crees en la suerte? ¿Crees que es aleatoria o implica algún tipo de justicia?
5. ¿Cómo entiendes tu la justicia?

No hay comentarios: