jueves, 7 de mayo de 2009

LA HISTORIA DE LAS ÁGUILAS

Cansada, sin fuerzas para afrontar lo que vendría, pensé que si visitaba a mis amigos, ellos con su sabiduría podrían contarme algo que me distrajera de tanto dolor que lastimaba mi alma.

Me invitaron a sentarme alrededor de una hoguera en la que usualmente acostumbran a dar calor a sus encuentros, y el jefe que por cierto siempre sabe leer mi alma, me dijo que tenía hoy algo que compartir conmigo, la historia de las águilas.

Sus alas abren tan esplendidas en vuelo, que parecen acariciar el cielo, su vista es aguda y perfora hasta las aguas para hallar sus alimentos que sus garras con firmeza lo sostienen, viven muchos años la reina de los cielos, pero así como la ves tan altiva, cuando están llegando a los cuarenta, sus plumas pesan tanto que no les permite el vuelo, su pico se deforma, sus garras ya no sostienen.

Entonces me contaba este indio amigo, mientras con un tronco removía las brasas, que ellas tienen dos caminos, o dejarse morir, o partir a la montaña, solo las valientes, eligen el segundo y para eso hace falta mucha agalla.

Saben que los próximos meses serán muy intensos, con dolores, llegan a lo alto de unas rocas, con esas plumas que saben harán su ultimo vuelo, su pico lo golpean con las rocas, hasta sacarlo y que nazca otro nuevo, después de ese proceso tan doloroso, sus garras se las sacan con el pico nuevo, tienen y saben que comenzar con otras, estas no le servían ya para la caza, al mismo tiempo, con un dolor profundo, entre gritos valientes se despluman, a la espera de que esas alas tan pesadas se reemplacen con las nuevas, en el proceso se mantienen vivas porque las águilas más viejas le llevan alimentos.

Me ofreció una manta mi amigo. “Te sabrás proteger de estos fríos” dijo, y continuó su relato, “... cuando después de varios meses la transformación termina, las águilas van a seguir volando, por otros cuarenta años, pero ya renovado su plumaje, su pico vuelve a ser como el de antes, sus garras aprietan con firmeza, y ella después de esta experiencia, con esplendor vuela a lo alto de su reinado entre nubes y montañas”.

Nos quedamos en silencio, solo pensando, hasta el amanecer mirando al cielo. Mi amigo, otra vez con sus historias, me había traído un mensaje para el alma.

REFLEXIONA.

1. ¿Has entendido la historia? Explícala con tus propias palabras.
2. ¿Has estado alguna vez en la misma situación que el águila?
3. Cuando te sientes sin fuerzas, ¿qué camino eliges?

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