martes, 21 de abril de 2009

Sonrisas de colores


Photo by C.Orellana


La profesora aquel día había propuesto un nuevo reto a sus alumnos: la alegría, y lo había hecho en plan desafío de récord. Les había nombrado "recaudadores" de alegría, para ver qué se les ocurría con tal de provocar la alegría de los que les rodeaban. Y aunque todos hicieron cosas realmente encantadoras. Sin embargo, aquella alumna tan callada que muchos no sabían ni su nombre todavía, hizo algo que dejó a todos con la boca abierta.

Algunos días después del encargo de la profesora,Ana, que era como se llamaba la chica, apareció cargando un gran saco.
- Aquí traigo toda la alegría que he recaudado en estos días -dijo sonriente.
Todos estaban expectantes, pero la chica no quiso mostrar el contenido del saco. En vez de eso, sacó una pequeña caja, tomó una cámara de fotos instantánea, y le entregó la caja a la maestra.
- Ábrala, señorita.
La profesora abrió la caja despacio y miró en su interior, y una gran sonrisa se dibujó en su rostro; en ese momento, Ana le hizo una fotografía. Luego le entregó la foto y un papel.
La profesora leyó el papel en silencio, y cuando terminó, señaló con gesto de sorpresa el gran saco.
- Así que eso es...
- ¡Sí! -interrumpió la chica, deshaciendo el nudo que cerraba el saco- ¡un gran montón de sonrisas!
Y del saco cayeron cientos de fotos, todas ellas de variadas y enormes sonrisas.

El resto de la clase lo dedicaron a explicar cómo a Ana se le había ocurrido iniciar una cadena para alegrar un poquito a las personas: en la caja sólo había una foto con una gran sonrisa, y todos, al abrirla, sentían la alegría que transmitía y respondían a su vez con una sonrisa, casi sin querer. Ana les sacaba una foto con su propia sonrisa, y les entregaba un papelito donde les pedía que hicieran lo mismo con otras personas, y le enviaran una copia de las fotografías a la dirección de su casa.

Y durante aquellos días y meses, el buzón de Ana no dejó de llenarse de las fotos de las sonrisas de tanta gente agradecida, ayudando a todos a comprender que el simple hecho de sonreir ya es un regalo para todo el mundo.

CUESTIONARIO
1. ¿Te gusta el título del cuento?
2. ¿Por qué se titula así?
3. ¿Te gusta sonreir?
4. ¿Sonríes con frecuencia?
5. ¿Te parece que las personas como Ana son más felices que los demás?
6. ¿Te pareció buena la idea de Ana?
7. ¿Has intentado alguna vez comprobar el poder que tiene la sonrisa?
8. Si lo has hecho, ¿qué ha sucedido?
9. Algunos piensan que la sonrisa renueva lo que hay a nuestro alrededor. ¿Qué te parece la idea?
10.¿Qué es lo que más te ha gustado del cuento?. ¿Puedes aplicarlo a tu vida diaria?

viernes, 17 de abril de 2009

Renovación

Los rayos de sol, comenzaron a calentar el ondulado prado. En aquellos lugares donde las sombras se acortaban la escarcha comenzó a derretirse. Por las ramas de los almendros las gotas caían perezosamente. En algunos de ellos se atisbaba una mota de verde entre las abultadas yemas. Conforme los días pasaron y el sol fue adueñándose del cielo, los pequeños capullos florecieron y pronto toda la colina quedó pintada de blanco. Después de la floración el verde anido entre las ramas y jugo con el viento. El marrón de la madera quedó sepultado y durante unos meses los pájaros y los insectos encontraron lugar entre las hojas. Pronto el aire se solidificó con el calor del verano. La atmósfera se volvió espesa y macilenta, mientras algunas hojas se tiznaban de amarillo o pardo. Las vainas grises comenzaron su lenta danza de caída y las almendras refulgieron como ojos de sabio. El calor del verano alcanzó su cenit, el aire calido parecía haberse endurecido sobre las ramas y las hojas cansadas. Como si ese momento pretendiese la eternidad, el tiempo quedó detenido.
Irremediablemente, un día el viento llegó y el fresco recordó a las hojas su muerte próxima, y suavemente algunas de ellas se abandonaron. La idea de caída llenó sus mentes y pronto todo fue movimiento alrededor de los viejos troncos. Pero un joven almendro, orgulloso de su porte y de su color se aferró con fuerza a sus hojas. A su alrededor surgía el desnudo y la desolación. Pronto se convirtió en una mancha de verde sobre la parda colina. Un refugio para pájaros y algunos insectos que pronto fue abandonado. Sentía frió y sobretodo profunda soledad en un campo marrón. Continuó oponiéndose al cambio a pesar de que sus hojas amanecían blanqueadas por la mañana. A pesar de sus esfuerzos, sus hojas mostraban un aspecto lamentable, estaban roídas por los insectos y ribeteadas de las amarillas manchas de los hongos. Mantenerlas unidas le costaba un esfuerzo ímprobo que lo iba debilitando. Por primera vez dudo de su decisión y le entraron ganas de abandonarse como el resto de sus compañeros. No hubo tiempo, desde el cielo cuajado y blanquecino fue brotando una cascada de copos blancos. La nieve terminó igualando todos los almendros. Derrotó cualquier esperanza de vida sobre la colina.
El invierno fue duro y pareció prolongarse eternamente. Cuando al fin llegó la primavera, pareció como si un nuevo mundo emergiera. Todos los almendros reaccionaron al cambio. Bueno todos no, uno de ellos, antaño joven, permaneció sumido en el silencio.

Guía:
1. ¿Cuál es la moraleja de este cuento?
2. ¿Crees que, en tu propia vida se producen momentos de crecimiento y otros de paralización?
3. ¿Por que crees que solemos nos aferramos a los buenos momentos?
4. ¿Crees que este cuento tiene algo que ver a situaciones de nuestra vida como cuando una relación afectiva se rompe?
5. ¿Qué sentido pueden tener las crisis y los momentos de soledad?

jueves, 16 de abril de 2009

La lección del gusano


Dos gusanos vivían en un árbol frondoso, en un momento dado, uno de ellos, movido de un fuerte impulso interior, comenzó a encerrarse en un capullo de seda. Hasta ese momento los dos habían sido amigos.
¿Qué estás haciendo?, gritó espantado su compañero, ¿te has vuelto loco?. El impulso era tan fuerte que el gusano no respondió. Era un gusano que se emocionaba con facilidad cuando hacía algo nuevo.
¿Ya has pensado lo que eso significa?, siguió su compañero, que era mucho más reflexivo y prudente, ¡vas a aislarte del árbol! ¿y las jugosas hojas que estás dejando? ¿y los nuevos brotes del tallo central? ¡No podrás comer ni moverte por el árbol si te encierras ahí!
Dado que su compañero no respondía, decidió buscar apoyo en los demás gusanos y trajo unos cuantos junto al capullo de seda, que ya estaba casi listo.
¡No cierres aún, espera!
Y escuchó al coro de gusanos que decía: "Mira lo que dejas, mira lo que dejas..." pero se encerró tras la seda, pues el impulso era muy fuerte y no podía explicarlo.
Los gusanos se quedaron mirando la cápsula de seda y pasaron toda la tarde comentando el suceso. "Se volvió loco", decían. ¿Qué aburrida debe ser la vida ahí dentro? ¡Mira lo que se está perdiendo! ¿A quién le cabe en la cabeza despreciar un árbol tan frondoso? ¿Tú te encerrarías ahí? ¡Con lo simpático y joven que era!
Después de un tiempo encontraron el capullo roto y vacío. No supieron qué pensar, así que decidieron mantener sus opiniones y seguir mascando hojas y ramitas sin volver a tocar el tema del capullo de seda.
Mientras tanto una mariposa hermosísima se alejaba del árbol volando hacia el atardecer.

REFLEXIONA:

¿Estaba loco el gusano que se encerró en la cápsula? ¿o los otros?
¿Hay mucha gente que se enfrente a los desafíos como el gusano del capullo? ¿o hay más gente que prefiere la comodidad de lo que conocen, sin saber a qué renuncian?
¿Cómo te enfrentas a los desafíos y problemas, huyes de ellos? ¿no le das importancia (diciendo: “ eso no sirve para nada”, “eso no tiene que ver conmigo” o “no puedo hacer nada, soy así”)?
¿Has pensado que, a veces, algunos “amigos” sólo quieren que sigas siendo un “gusano” como ellos?
¿ Has pensado que algunos “capullos” te enseñan el camino para ser alguien maravilloso?

lunes, 13 de abril de 2009

Valores hacia uno mismo

“No te pierdas en los deseos de los demás. Trata de no perder nunca el deseo- por pequeño que sea- que anida en ti.
No te juzgues sin tiempo. Es más, no te juzgues.
Sé lo suficientemente egoísta para caminar hacia lo tú eres y lo que deseas. Y lo suficientemente generoso para ver con claridad a los demás
No intentes ser otra persona de la que eres.
Mantén la mirada inocente como un lujo heredado de la infancia.
Aunque los años y la vida siempre nos den razones para mantener todas las posturas, sobre todo las cargadas de escepticismo, recelo y desconfianza, mantén en algún lugar de tu corazón el espacio para que anide la creencia, la confianza y la bondad.
Ama, estate siempre dispuesto a arriesgar tu vida en un nuevo viaje, por muchas tormentas y naufragios que la preceda. Y, si el viaje termina deje que llegue el dolor y el odio pero no te quedes a vivir en ellos.
No te valores por lo que tengas, no te valores por los que te aman o por los amigos que se queden.
Deja que las personas y las cosas lleguen, permanezcan y se marchen. No impidas su viaje, ni el tuyo. No te enganches eternamente aunque el dolor llene y nos justifique. No conviertas el sufrimiento en una razón. No te llenes de razones para esto ni para lo otro, reconoce que en el fondo funcionamos por un maravilloso mecanismo de subjetividad y voluntad.
Nunca te sientas por encima ni por debajo, ambas variables se confunden en un espacio esférico que gira en todas las direcciones.
Siempre volverás a vivir días en que te sentirás perdido, pero cuando el impasible sol continué ascendiendo sobre el horizonte, olvida todo lo anterior y concéntrate solo en respirar.


Guía:
1. Estas de acuerdo con la siguiente afirmación: La visión del mundo y de uno mismo depende de la propia experiencia personal y por tanto difícil de generalizar
2. ¿Qué significa para ti llevarse bien con uno mismo?
3. ¿Sueles juzgar a los demás? ¿Por qué lo hacemos?
4. Intenta explicar la expresión: “ No te juzgues sin tiempo”
5. ¿Ser egoísta es malo?
6. ¿Por que crees que se producen los celos y las manifestaciones de violencia en la pareja?

viernes, 10 de abril de 2009

El punto de vista



Photo by C. Orellana


Un día, un padre de una familia adinerada llevó a su hijo de excursión al campo con el propósito de enseñarle cómo vivía la gente pobre. Pasaron un fin de semana en el hogar de unos humildes campesinos. Ya de vuelta a la casa, el padre le preguntó a su hijo qué le había parecido la experiencia, y éste respondió: "Ha sido genial, papá".

Sorprendido, el padre le volvió a interrogar: "¿Has visto cómo viven allí?. Y el chico contestó: "Claro que sí". "Entonces, dime qué has aprendido", le pidió el padre.

El niño respondió: "He visto que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro; que nos bañamos en una piscina que ocupa la mitad del jardín, y ellos en un río enorme. Nosostros vivimos en una pequeña parcela de tierra, y ellos en campos enlos que no se ve el final. Tenemos servicio que nos sirve, pero ellos sirven a otros. Nosotros compramos nuestra comida, y ellos plantan y crían la suya. Estamos rodeados de paredes que protegen nuestra propiedad, y ellos tienen amigos que les protegen".

El padre se quedó sin palabras y su hijo añadió: "Papá, muchas gracias por enseñarme lo pobres que somos".

¿No es la perspectiva algo maravilloso? Piensa que pasaría si todos diésemos las gracias por lo que poseemos en vez de preocuparnos por lo que no tenemos. Aprecia cada cosa de la que disfrutes, y sobre todo, cuídate mucho, recuerda que eres una persona única y también cuida a los amigos; los buenos no suelen abundar.


CUESTIONARIO

1. ¿Por qué crees que el cuento se titula "El punto de vista"?
2. ¿Cuál es el punto de vista que tiene el padre con respecto a lo que le enseña a su hijo?
3. ¿Cuál es el punto de vista del hijo con respecto a lo que le enseña su padre?
4. ¿Por qué el padre se sorprende con la respuesta de su hijo?
5. ¿Estás de acuerdo con la reflexión final del cuento?. ¿Piensas tú también que la perspectiva es algo maravilloso?
6. ¿Cómo te has sentido después de leer este cuento?.
7. ¿Crees que puede serte útil para entender mejor a los demás y a ti mismo?.
8. ¿Puedes contar alguna experiencia similar a la del cuento?

lunes, 6 de abril de 2009

QUERIDO ALGUIEN

Érase una vez un hombre de 39 años que pasaba las horas quejándose a todos los habitantes de su pueblo porque, según él, no tenía nada que valiese la pena. Se lamentaba por no tener una casa propia, ni coche, ni negocio, ni una carrera profesional, e incluso se lamentaba por su trabajo en una empresa en un puesto que consideraba sin gran importancia. No dejaba de repetir amargamente que no había tenido suerte con las mujeres, que nunca había tenido un empleo bueno, que era una desgracia y que no estaba nada contento con su vida.
Paseaba por las calles abatido y se sentía transparente como un fantasma. Sentía que nadie lo tenía en cuenta hasta que un día, mientras permanecía sentado en un banco del parque amargamente sin darse cuenta de que había un anciano sentado a su lado, escuchó una voz que le decía: “Oiga, usted, querido alguien”.
Cuando levantó la mirada, vio a un hombre con una gran sonrisa que le decía: Se que usted se siente muy mal y no se acepta tal como es ni acepta lo que tiene. Pues déjeme decirle algo, querido alguien, porque usted es alguien para mi. Usted se está buscando su propio infortunio con esa actitud. Se siente menos que los demás, se minimiza y se centra en lo que NO tiene sin tomar en cuenta lo que SÍ tiene.
Usted no parece enfermo, así que SÍ tiene su salud, algo tan importante y que no tiene precio. No tiene casa propia pero tampoco vive en la calle. Sí tiene un empleo, algo valioso, especialmente en estos tiempos tan difíciles. No hizo una carrera profesional pero tiene una carrera técnica, tan apreciada como una profesional. No tiene una esposa ni unos hijos, pero tiene solamente 39 años y le aseguro que fácilmente va a encontrar a una excelente mujer que va a ver en usted las virtudes y valores de que está lleno. No todas las mujeres buscan a un hombre rico, pero sí a un hombre que apoye, que no se desanime con la primera dificultad, que sea alegre, que dé seguridad y protección y eso no lo da el dinero.
Además le diré que Einstein comenzó a hablar después de cumplir 4 años de edad, Isaac Newton sacaba malas calificaciones en la primaria y fue considerado “poco prometedor”, el maestro de música de Beethoven, dijo de él una vez: “como compositor, no tiene esperanzas”, Michael Jordan fue excluido de su equipo de basquetbol en la preparatoria. El editor de un periódico despidió a Walt Disney porque “le faltaba imaginación y no tenía buenas ideas”. Winston Churchill reprobó sexto grado y tuvo que repetirlo porque no terminó las pruebas que eran requeridas para pasar año.
Una persona puede cometer errores, pero no es un fracasado hasta que empieza a culparse o a culpar a alguien más. Debemos creer en nosotros mismos y en alguna parte, a lo largo del camino de nuestra vida, conoceremos a alguien que reconozca nuestra grandeza y valor y espere cosas valiosas de nosotros y nos lo haga saber.
Gracias a aquel discurso, el hombre de 39 años empezó a recapacitar sobre lo que sí tenía y no volvió a quejarse a sus vecinos y amigos nunca más.
Moraleja: No deberíamos exigirnos tanto y nunca deberíamos perder la fe en nosotros mismos.

REFLEXIONA.
1.¿Te valoras y te quieres? ¿Por qué?
2. Si te encontrases en la vida con alguien que tuviese esa actitud negativa, ¿qué harías?
3. ¿Crees que el anciano actuó bien?
4. ¿Sabes de alguien que se sienta mal con su vida y no valore lo que tiene? ¿Cómo puedes ayudarlo?